Nuestra leyenda relata la historia de una hechicera que habitaba las profundas cavernas esmeralda del río Ord, dotada con el don de hacer danzar el agua. Cada solsticio, su penetrante mirada transformaba las corrientes del río en un vino rojo profundo y voluptuoso. Las corrientes mágicas que fluían hacia la fuente de agua de la destilería The Singleton of Glen Ord infundían al whisky un encanto y un sabor irresistibles, tan envolventes como el misterioso rito del cual provenían.