La casa Valdespino introdujo sus Jereces y Brandies en Cuba desde la época colonial, gozando de gran prestigio y presencia notable en este mercado. Hacía el año 1940 y procedente de un cliente al que se le suministraban botas de Jerez, quien a su vez poseía una pequeña destilería de Ron, se seleccionaron e importaron una selección pequeña de botas que contenían ron de caña de gran pureza.