Desde su establecimiento en 1938, Pampero se ha erigido como un símbolo venezolano, marcando los estándares de calidad para otros rones. Antes de 1953, en Venezuela, era posible destilar alcohol puro y comercializarlo al día siguiente como ron. Sin embargo, los fundadores de Pampero no quedaron satisfechos con la calidad de ese producto y decidieron madurar sus rones durante al menos 2 años para mejorar su sabor y carácter.